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Vigencia de la convicción martiana, acerca del mejoramiento humano y la utilidad de la Virtud

Vigencia de la convicción martiana, acerca del mejoramiento humano y la utilidad de la Virtud

Por: Alfonso Alonso
Cuando triunfa la Revolución Cubana el 1ro de enero de 1959, la herencia del pasado Capitalista de la sociedad cubana de entonces “pesaba” sobremanera, en el comportamiento de su estructura socioclasista.
En el primer lustro de la década de los años 60 del siglo pasado, y aún un poco más allá, Cuba vivió el proceso dual de la construcción y la deconstrucción o desmontaje de grandes desigualdades sociales, injusticias de toda índole, discriminaciones, marginación y asimetrías y dependencia económica, casi total de los EEUU.
Esto había tenido en la República Neocolonial, un efecto recurrente en la conducta como: el menosprecio a la ley, apego al engaño, la corrupción, la politiquería, la doble moral individual: haz lo que digo y no lo que yo hago, ocultarse detrás de otros, el servilismo, la adulación que, como rezagos del pasado se quedaron latentes, durante algún tiempo, en la conciencia, a pesar de las políticas sociales de la Revolución Cubana Victoriosa.
Y las tareas de la edificación de una sociedad de la mayoría, bajo los efectos de la aguda lucha de clases que esta despertó en el país, alentada por la política hostil del Imperialismo Yanqui, plantearon la necesidad de fortalecer la educación formal y el comportamiento cívico, con apego a las leyes y al orden interior, como “un hecho de conciencia colectiva”, donde la sociedad cubana se convertiría en una “gran escuela de formación de hombres libres”, superando así la nefastas consecuencias de la enajenación capitalista y su cultura de dominación.
A lo largo de seis décadas de resistencia, de avances sociales, y una nueva estructura socioclasista, nacida de las oportunidades de desarrollo social generadas por la Revolución, nos dan datos muy importantes, algunos propios de países desarrollados en cuanto a calidad de vida: salud, educación, cultura, deporte, etcétera.
No obstante, la tarea educativa de una sociedad que se esfuerza en lograr un Socialismo Próspero, Sostenible, Democrático y Solidario, es de carácter permanente y constante perfeccionamiento.
Y su dirección incluye estar alertas contra la influencia de los mensajes que se nos imponen desde la llamada Cultura Neoposmoderna Global y de Masas, y las intenciones de dominación hegemónicas del Imperialismo Internacional.
Y, sumemosle también nuestros reszagos, imperfecciones, errores y limitaciones materiales, agravadas durante los años del Periodo Especial y sus consecuencias.
Es pertinente proponernos blindar nuestra sociedad contra representaciones sociales negativas tales como: el desinterés hacia los asuntos de colectivos, la falta de espiritualidad, el crecimiento del escepticismo, la banalidad, el crecimiento de un sector cuyo único objetivo de sus vidas es alcanzar el bienestar material por cualquier vía y desestimando la Cultura de Ser, de crecimiento espiritual y moral, por la Cultura del Tener y Tener más y más cosas materiales propias del Capitalismo.
Estos individuos van emponzoñando la conciencia de quienes los rodean y provocan ánimos de consumismo exacerbados, lo cual choca con las limitaciones que nos imponen el bloqueo y las 242 medidas aplicados por el gobierno Neofascista de D. Trump que aún, con la crisis económica mundial derivada de la Covid-19, están vigentes.
El perfeccionamiento de la labor educativa y cultural de nuestra sociedad es constante. A esto se le presta toda la atención que sus manifestaciones complejas ameritan.
El 8vo Congreso de nuestro Partido lo tendrá entre sus temas prioritarios. Y el Partido, como Órgano Superior de la Sociedad y el Estado, conoce, por definición, que las palancas económicas, per se, traen crecimientos macroeconómicos pero, deben ser acompañadas de un amplio y profundo trabajo político e ideológico para lograr valores socialistas.
En virtud de todo lo anterior, el Socialismo debe fomentar siempre, el desarrollo económico participativo, inclusivo, con justicia social y una elevada educación en valores y apego al orden jurídico establecido.
Hacia el perfeccionamiento de esos objetivos avanzamos.