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Una casa, una isla y un sueño.

Una casa, una isla y un sueño.

Redacción y fotografía: Miladys Moreno y Yolaimi Morales

Roylin Selma Osoria y Yuniel Doble Ponce fueron dos de los profesores que, sin pensarlo dos veces, dieron el paso al frente para acudir como personal de apoyo al centro de aislamiento ubicado en la Universidad de Matanzas. Ambos son instructores de arte del departamento de Actividades Extracurriculares de esta casa de altos estudios.

Motivados por las acciones que desarrollaron durante su estancia, surgió la idea de crear una canción como expresión del sentimiento de cubanía y humanidad que caracterizó a los jóvenes universitarios sumados a esta tarea. “Ya se había hecho una canción; estábamos en la habitación con la idea de crear un tema que tuviera que ver con la Covid; teníamos muchas ideas, pero la cabeza pensante de esta obra fue Ponce.  No nos poníamos de acuerdo con un título y creí que debía ser “Mi casa se hizo isla”, a partir de ahí se desglosó toda la canción. Queríamos una letra que se basara en esa idea”, así lo expresó Roylin.

Cuentan los artistas que fueron horas de desvelos, lidiando con la atención a pacientes sospechosos de contagio con la Covid 19, entre una tarea u otra buscaron el momento para crear una obra que, sobre todo, mostrara nuestra  identidad. Al final salió; una obra creada en los pequeños momentos que pudieron compartir, aprovechando el  poco tiempo libre para escribir. Así fue saliendo poco a poco.

Ponce agregó que la grabación también resultó bastante compleja, la dinámica misma del centro de aislamiento retrasaba el proceso de creación. Lo grabamos con escasos recursos pero se hizo con mucha entrega y amor. Fue una meta que nos trazamos y debíamos cumplirla, aun cuando el tiempo no era suficiente.

Selma explicó que para hacer el videoclip fueron muchas las veces que grabaron a Ponce interpretando la canción,  buscando la perfección, y cuando tenían el producto terminado, comenzó a crear el video. “No quise auxiliarme de imágenes de internet, se trataba de mostrar nuestra realidad, grafiqué la historia y con mi celular comencé a hacer las tomas que me hacían falta en diferentes lugares del centro. Fue tremenda experiencia lograr este producto, la grabación y la edición no resultaron nada fácil, pero con solo dos días concluimos el proyecto”.