Respeto a los derechos humanos empodera a las mujeres en Cuba

Por: Onelia Chaveco/ ACN

Las mujeres en Cuba disfrutan de logros palpables  que las hacen empoderarse en la sociedad, dentro de la lucha por la igualdad de género, refrendada  hace más de 70 años en la  Declaración Universal de los Derechos Humanos (DD HH) de la Asamblea General de las Naciones Unidas
A pesar de las brechas de género que aún subsisten, la población femenina  ha estado amparada durante más de 60 años por la Revolución Cubana y su reordenamiento jurídico que consagra la plena igualdad entre hombres y mujeres.
Las cifras son bien elocuentes, porque la presencia de las mujeres en cargos de dirección ha experimentado un crecimiento sostenido del 50 por ciento, según indica el informe Cuba, país candidato al Consejo de Derechos Humanos  2021-2023.

Indica el documento que la nación cubana ocupa el segundo lugar en el mundo en cuanto al número de mujeres parlamentarias, solo superado por Ruanda, en África, que tiene el 61,3 por ciento.

En el sitio digital del parlamento cubano puede leerse que de los 605 diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 53,22 por ciento son del sexo femenino y ellas ocupan dos de los tres cargos máximos de este órgano.
Otros datos ilustrativos refieren que el 47,8 por ciento de los miembros del Consejo de Estado está conformado por cubanas, mientras representan el 78 por ciento de los fiscales, el 77,5 de los jueces profesionales y el 66 de los jueces del Tribunal Supremo.

En materia laboral, las mujeres constituyen casi la mitad de la fuerza de trabajo en la Isla, ello habla de las posibilidades creadas por el Estado en el acceso al empleo, sin ninguna discriminación como reza en el documento de los DD HH, y el establecimiento de leyes que protegen las garantías salariales de los trabajadores de ambos sexos por igual.

Por ello, ya no es noticia en Cuba que Leonor Riverón  Santiesteban, fuera la primera mujer en manejar una combinada cañera en Banes, Holguín, ni que Joaquina Álvarez Molina, sea la directora de la zona portuaria número uno de Cienfuegos, porque sencillamente otras siguen su ejemplo.

Además, las féminas en esta Isla gozan del amparo legislativo que se otorga a las madres trabajadoras,  muestra de ello ha sido este año 2020 afectado por la COVID-19, en el cual muchas quedaron en casa al cuidado de sus hijos pequeños, al tiempo que percibían remuneraciones del 60 por ciento de su salario.
En lo referente al acceso a la Educación, gratuita en Cuba para todos los niveles incluido el universitario y pos profesional, las mujeres  hoy representan más del 60 por ciento de los graduados de la educación superior y como si fuera poco sobrepasan a los hombres en el sector de las Ciencias.
Que manos femeninas estuvieran presentes en la apuesta por los candidatos vacunales contra la COVID-19 y lograran dar vida a Soberana 01, 02,  Mambisa y Abdala llena de orgullo a un país, pero que otras manos de mujeres llevaran, allende los mares, el amor y cuidado para salvar vidas de manera solidaria, hincha los corazones.

Ello solo puede ser posible porque en el sector de salud,  más que mayoría hay una avalancha con el 71,2 por ciento  de féminas, como enfermeras, técnicas, doctoras, investigadoras. especialistas y científicas.

Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, al intervenir recientemente en la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el aniversario 25 de la 4ta. Conferencia Mundial sobre la Mujer de la ONU, explicó que el bloqueo impuesto por el Gobierno de Estados Unidos contra la nación caribeña se ha recrudecido ferozmente en tiempos de pandemia y constituye el principal obstáculo para la realización de los derechos humanos de las mujeres, y la forma de violencia más lesiva contra ellas.
Por ello, son fruto de la voluntad política del Estado y el Gobierno,  -expresados mediante la aplicación de leyes, políticas y programas-, lo logrado en el empoderamiento de la mujer, en la equidad de género y en reducir los niveles de violencia,  tanto en el ámbito social como intrafamiliar, donde aún los roles  de reproductora y cuidadora asignados a las féminas desde la perspectiva sociocultural pesan sobre su plena realización.

No obstante, ellas continúan su avance, indetenible, cual émulas de Mariana Grajales altivas como palmas reales, o como diría un buen cubano a modo de piropo, de saludo, de reconocimiento, de celebración: en Cuba, cuando las mujeres pasan, los hombres debieran quitarse el sombrero.