“Ponerle los sonidos a unos ojos”

Por: Yasnier Hinojosa y María Carla Rivero
En las aulas de la Facultad de Ciencias de la Cultura Física de la Universidad de Matanzas, cinco atletas con discapacidad auditiva escriben con sus manos una historia de superación que desafía los límites de lo invisible. Más allá de sus logros deportivos, estos jóvenes enfrentan ahora otro desafío de igual magnitud: convertirse en licenciados .
El vacío que grita
La carencia de intérpretes especializados ha transformado cada sesión académica en un acto de inventiva pedagógica. La M.Sc. Ileana Mercedes Diago López, quien les imparte filosofía de esa brigada, comparte:
“Uso en clases a uno de esos estudiantes que puede leer labios para que apoye a sus compañeros… Ya había trabajado con alumnos sordos, pero en otras ocasiones contaba con un interprete, eso me permitía preparar contenidos y evaluaciones en equipo de trabajo. Ahora todo es más complejo”.
Idelmys Sánchez Isasi, profesora de Gimnasia Básica, adapta su enfoque metodológico:
“Distribuí los materiales teóricos con anticipación, ellos tomaron notas y fotos. La naturaleza práctica de mi asignatura ayuda, pero dependemos también de la cooperación grupal”.
La Dr. C. Yarima Laffita Paulino rediseña su enseñanza día a día en sus clases sobre el juego ciencia:
“Modifiqué mi articulación oral y lenguaje corporal. Estoy lista para aprender señas si hace falta –jaranea- Para los profesores, esto significaba un esfuerzo adicional, pero también una oportunidad para aprender y crecer. “.
El M.Sc. Marlon Carlos González Gallardo, vicedecano de la facultad , expresa la urgencia institucional:
“Teníamos planificado un intérprete certificado, pero la realidad nos superó”. Su tono revela la angustia de ver cómo cada jornada sin apoyo profesional puede minar la motivación: “Temo que estos jóvenes, que ya vencieron en estadios, claudiquen ante un pizarrón silencioso”.
“Sin embargo- agrega-estamos gestionando ayuda con un experto “, añade con determinación.
Ejes de transformación
El Centro de Apoyo para una Sociedad Inclusiva de la Universidad de Matanzas, se erige como motor de cambio mediante tres pilares: Formación especializada, Concienciación activa, acompañamiento, académico.
Su directora la Dr. C. Dulce Martín,detalla: “Próximamente coordinaremos con la facultad un plan estratégico que garantice una educación equitativa para estos estudiantes de Cultura Física”.
Compromiso en acción en la casa de altos estudios
Yurieka Sánchez, especialista en lengua de señas miembro del centro de apoyo y profesora de la dirección de extensión universitaria , simboliza este compromiso de la casa de altos estudios; en conversación con este equipo a partir de esta situación confesó:
“Si no surge otra solución, asumiré la interpretación aunque implique en el plano personal un enorme sacrificio. El altruismo y la empatía son dos características de nuestra profesión”.
[Epílogo]
En este crisol educativo donde el silencio se transmuta en diálogo colectivo, cada gesto o acto es una sílaba de esperanza. La verdadera victoria de estos jóvenes se forja en aulas donde sus manos dibujan en el aire el mapa de una educación posible.
Mientras se buscan soluciones permanentes, se consolida una revolución afectiva que convierte barreras en puentes de crecimiento. La inclusión auténtica florece en esos momentos robados al tiempo, cuando un profesor repite incansablemente en múltiples lenguas un concepto hasta ver brillar en unos ojos el sonido que no borró el silencio.
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