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La Psicología en tiempos de pandemia

La Psicología en tiempos de pandemia

Por: Beatriz Ortet / DECOM

El aislamiento necesario debido a la pandemia, los protocolos establecidos, la pérdida de hábitos y rutinas, conllevaron a importantes consecuencias físicas y psicosociales en la población. La Universidad de Matanzas en respuesta a las prioridades de nuestro país, se ha destacado en el enfrentamiento a la COVID 19 en la provincia, muchas han sido las acciones desde las diferentes aristas para apoyar en esta lucha. El departamento de Comunicación Institucional también ha estado inmerso en las actividades dentro y fuera de la zona roja. En el caso del área de Psicología de este colectivo se han llevado a cabo diferentes tareas, que a continuación se describen en profundidad:
-Comunicación con familiares de estudiantes y profesores este grupo de valientes en nuestra casa de altos estudios se han desempeñado como voluntarios en el centro de aislamiento. Se intercambió con sus familiares, con el fin de agradecer y mantener informada a las familias del trabajo y los protocolos aplicados en el hospital de campaña que radica en la institución. Estas son familias que recogen el fruto de sus siembras en cosechas prósperas: seres humanos grandiosos, portadores de valores como la responsabilidad, la solidaridad y el humanismo
-Comunicación con familias de niños positivos: este grupo pertenece al Municipio de Jovellanos. En estos hogares sus más pequeños han sido diagnosticados positivos al COVID 19. El trabajo incluye visitas a sus hogares, acompañamiento y orientación psicológica. Las consecuencias que expresan los familiares entrevistados durante este tiempo son diversas: trastornos del sueño y el apetito, dificultad para atender, hiperactividad e irritabilidad. En escolares afloraron síntomas de angustia como palpitaciones, hiperventilación y diarreas, asociados generalmente a procesos de somatización; también pueden aparecer señales de depresión con sentimientos de tristeza y abandono. La regresión emocional y conductual es más frecuente en preescolares y escolares pequeños, pero también se aprecia en adolescentes. Agrava la reacción ante el estrés que ocasiona esta enfermedad: la hospitalización del menor, la presencia de la misma en sus seres queridos, la posible pérdida de sus seres queridos, el concepto que tenga de la muerte, en ocasiones la imposibilidad de elaborar duelos saludables. Estas son
familias que están lidiando muy de cerca con el miedo, el dolor, la pérdida, el duelo. Sin dudas, los más pequeños han tenido que vencer estos gigantes y seguir creciendo, porque crecer a veces duele.
-Comunicación con familias que teletrabajan desde casa: este grupo se ha atendido por redes sociales y vía telefónica. Se ha constatado que el distanciamiento social,
la incapacidad para desarrollar las actividades cotidianas, de esparcimiento y placenteras ha impactado negativamente el comportamiento. Se escuchan expresiones por parte de la familia sobre la aparición de pesadillas, terrores nocturnos, miedo a salir a la calle, a que sus padres salgan, hipersensibilidad emocional, apatía,
nerviosismo, dificultades para concentrarse y dificultades en el desarrollo cognitivo. Todo lo anterior se hace más evidente en niños y adolescentes con afectaciones previas a la COVID-19. Estas son familias que han tenido que modificar sus hábitos para hacerle frente al temor y la ansiedad que les produjo el cambio. Les corresponde modificar lo que sea necesario por salvaguardar la vida. Toca hacer las cosas de modo diferente, ser más flexibles, pacientes, disciplinados, y seguir alegres por tener la oportunidad para sonreír, luchar y amar.
En cada uno de los hogares presentados se desarrolla la capacidad para enfrentar situaciones de gran adversidad y emerger de la crisis, fortalecidos, y con mayores recursos para enfrentar cualquier revés. La psicología en tiempos de pandemia ha estado trabajando con las familias, siguiendo muy de cerca cada desafío que enfrentan, caminando juntos en esta lucha por la vida. Brindando las fuerzas que necesitan para seguir siendo espacio de comunicación, sostén emocional, protección, apoyo, satisfacción, refugio y muro de contención por excelencia para tolerar las exigencias de nuestros tiempos.