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Joven profesor, digno de la Condición “Jóvenes por la vida”.

Joven profesor, digno de la Condición “Jóvenes por la vida”.

Por: Miladys Moreno Sesé y Yolaimi Morales montes de Oca/ DECOM

Fotografía: Archivo

Es profesor del departamento docente de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de Matanzas y se sumó a las acciones de enfrentamiento a la Covid 19 en Cuba. Alejandro Ramos Guerra respondió al llamado de la Revolución una vez más, esta vez, para prestar servicios en el centro de aislamiento que, ante la situación compleja que caracterizaba al territorio, fue creado en la casa de altos estudios donde trabaja. Por su disposición y entrega a la tarea fue merecedor de la Condición “Jóvenes por la vida” que entrega la UJC Nacional.

¿Cómo fue para usted ese momento en que recibió el llamado a esta tarea?

Es importante hablar del miedo que se siente, porque es imposible decir, por mucho que se hable de valientes y valientes, que no sentía miedo, el miedo siempre estuvo. Fue una decisión que hubo que tomar muy rápido, de minutos, para decidir si participaba o no en la iniciativa. Finalmente se hizo y me incorporé.

Fui del primer grupo, estoy hablando a nombre de todos lo que estuvimos en esa primera oleada; aunque después se sumaron otras personas a la tarea; cuando todo era miedo, incertidumbre, cuando era más difícil tomar la decisión. Y no es por vanagloriarse, sino porque todos los que estuvimos supimos dar el paso al frente cuando hizo falta. Y por supuesto, sirvió de ejemplo para los que se incorporaron después, que hicieron una labor tan loable como nosotros.

¿Qué significó para usted formar parte de este ejército de valientes?

Significó mucho formar parte de una batalla que no era solo mía, sino de la provincia y del país. Se estaba llamando a eso, a evitar que la pandemia llegara a males mayores; y era necesario el concurso de todos.

No solo de los médicos que fueron los llamados héroes de batas blancas, sino de todo el que participó en el proceso, quienes contribuyeron a que la labor de los médicos fuera más llevadera; y que se obtuvieran los resultados alcanzados en un primer momento, aunque hoy estamos hablando de rebrote.

¿Cuáles eran sus funciones en el centro de aislamiento?

Tuvimos que hacer de todo, fue un espacio donde confluyeron no sólo los miedos sino también los valores de las personas; del que estuvo como enfermo, que supo comportarse, médicos haciendo su labor, de todo el voluntario que brindó día a día todo su esfuerzo para que las personas se sintieran bien, porque nadie quiere estar en un espacio como este.

Servir la comida, fregar los platos, mantener la higiene y además de todo eso, cuidarnos nosotros y que no pasara nada. Por suerte no hubo que lamentar ningún enfermo en el tiempo que estuvimos. Valió la pena todo el sacrificio que se hizo, que en un principio parecía bastante, pero se pudo hacer.

¿Pudiera compartir con la comunidad universitaria aspectos positivos de esa experiencia?

En el centro de aislamiento tuvimos niños muy pequeños, ancianos, tuvimos casos sociales, que nos sensibilizaron mucho. Sobre todas las cosas, quisiera destacar la humildad del equipo de trabajo, eso era imprescindible. Se logró formar un equipo que funcionó bien, donde todo el mundo haló parejo, para poder en esos 14 días brindar todo el apoyo que era necesario.

¿Qué recuerdos guarda de esos momentos?

Me llevo la alegría, la amistad de todos los que estuvimos, que aunque algunos ya nos conocíamos, a otros los conocimos en ese momento. Hice muy buenos amigos, más allá de compañeros de labores.

Me llevo la satisfacción de haber ayudado a las personas, de que todo el mundo se sintiera bien, que nadie pudiera quejarse del trato y del esfuerzo que brindamos, el reconocimiento de cada uno de los pacientes que retornaban a sus hogares con resultados negativos. La alegría de la niña cuando le celebramos su cumpleaños y el agradecimiento de todo el que estuvo, porque a pesar de que fue un momento muy difícil todo el mundo supo reconocer el trabajo que estábamos haciendo en beneficio de los que pasaron por allá.