Wilfredo Mesa, actor y profesor para siempre
Redacción:
Al Doctor en Ciencias Pedagógicas Wilfredo Mesa Ortega no hay que imaginarlo siempre ante un aula o en un gabinete profesoral.
Sus clases suelen desarrollarse a cielo abierto al subir alguna colina, bajar a una cueva o mientras se explora costas y riveras. Cualquier mañana pueden sorprenderlo sobre una bicicleta por el terruño natal. Y muchas, muchas veces, lo hallarán sobre el tabloncillo entregado a las exigencias del arte teatral.
Entrevistado para nuestro medio, Wilfredo señala haber nacido en 1960 en un batey próximo al poblado de Alacranes, en el municipio matancero de Unión de Reyes. Desde los 16 años eligió una de las mayores vocaciones de su vida: a esa edad ingresó al IV Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, en la filial Alberto Fernández Montes de Oca, de Torriente, en Jagüey Grande. Allí, tras cinco años consagrado a su formación pedagógica, adquirió las competencias y habilidades necesarias para la práctica del magisterio, refiere.
Simultáneamente, en el propio destacamento abrazó el arte de las tablas y se incorporó a la reconocida Brigada XX Aniversario, donde participó en la creación de la agrupación teatral.
Desde entonces Wilfredo comparte con igual pasión su dedicación a las artes escénicas y el magisterio. En él se complementan el profesor y el actor enriquecidos mutuamente.
Al concluir sus estudios en Jagüey Grande impartió clases inicialmente en el preuniversitario José Luis Dubrocq, de la ciudad de Matanzas, y luego se trasladó al Instituto Pedagógico Superior Juan Marinello, donde inició para siempre la formación de profesores de geografía.
Al propio tiempo, de regreso a Alacranes, donde aún vive, coincide en Unión de Reyes con la constitución del grupo de Teatro D´Sur, que dirigía el inefable dramaturgo matancero Pedro Vera. Con él emprendió una aventura teatral que llega hasta nuestros días, y a la muerte de Vera, Wilfredo asumió la conducción de la institución.
La permanencia en los estudios y su consagración a las investigaciones hicieron de Wilfredo Mesa al incansable Doctor en Ciencias Pedagógicas que hasta la actualidad desarrolla su destacada labor en la casa de altos estudios matancera, donde despliega su vasta experiencia.
Confiesa disfrutar las clases que imparte en el terreno. “El campo es un laboratorio natural. No es igual una clase sobre vegetación en un aula con diapositivas, que una clase de vegetación en un bosque.”
Diversas líneas temáticas ocupan el quehacer investigativo del incansable educador. Entre ellas se distinguen la educación ambiental para el desarrollo sostenible, la obra martiana vinculada a las ciencias naturales (en especial con la geografía) y la educación de la creatividad mediante el uso de elementos lúdicos, técnicas participativas u obras de arte.
Durante el diálogo Wilfredo dedica un momento para explicar que cuanto ha logrado ha sido posible por la red de apoyo con que ha contado. Destaca a la compañera con que comparte su vida desde 1985 y el compañerismo encontrado en el teatro y en la Universidad. Se reconoce como un hombre normal, que acude a la bodega a sacar el picadillo o a comprar el pan, que intercambia con los vecinos y preside hace muchos años su Comité de Defensa de la Revolución.
Wilfredo Mesa Ortega constituye la imagen de una vida compartida entre el magisterio y las artes escénicas, profundamente signada por la superación personal, la disciplina y la permanente voluntad de servir. (ALH)
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