Reniel Toledo Gómez es de esos jóvenes justos y sencillos que desde la palabra y la acción construyen su felicidad en Cuba. Con apenas 24 años ha labrado en diferentes campos de batalla como militante de la Unión de Jóvenes Comunistas en la provincia de Matanzas.
Al muchacho natural del poblado de Torriente, en el municipio de Jagüey Grande, lo distingue desde niño su carácter hiperactivo, el entusiasmo y la jovialidad. En su discurso denota con elocuencia sus destrezas para la comunicación y la pasión por ser útil, cualidades que sin dudas lo convierten en un joven de la vanguardia.
Desde pequeño siempre fui muy curioso. Me gustaba escuchar a las personas mayores mientras hablaban y eso fortaleció mi carácter y mis valores. A mis padres Lázara y Reniel les debo gran parte de lo que soy por la dedicación y el esmero que pusieron en mi educación y en las de mis tres hermanos.
Puedo decir que mi autoestima, mi cultura y mi humildad se los debo en gran medida a las enseñanzas de mis padres.
El amor por el magisterio y por Cuba siempre ha estado latente en su vida. Llegó a las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas luego de una asamblea de ejemplaridad desarrollada en su comité de base cuando cursaba el onceno grado en el preuniversitario Alberto Fernández Montes de Oca, en su pueblo natal.
Siempre tuve afinidad por cada actividad en el barrio (CDR). En primaria siempre participaba en todo lo vinculado con la OPJM.
Desde que tuve mi primer acercamiento a la UJC quedé enamorado con el trabajo de la organización y comencé a desempeñar cargos como secretario en mi CB de 11-2. Esta tarea me forjó y preparó para todos los cargos en los diferentes niveles en que me he desempeñado, dígase FEEM o FEU.
Las experiencias en acampadas, eventos y congresos las atesora con especial cariño en su álbum de historias en la UJC.
Recuerdo el aniversario 55 de la Victoria de Playa de Girón, una bicicletada convocada por las universidades del país. En aquel entonces era Presidente municipal de la FEEM de Jagüey Grande y fue hermoso compartir el agua, la comida y hasta la cobija en una noche friolenta. Esa experiencia en bicicleta desde Australia hasta Girón será única de su tipo en mi paso por la UJC. La atesoraré siempre.
Reniel estudió Licenciatura en Turismo en la Universidad de Matanzas. Fueron cinco años de estudios en los que consolidó su liderazgo como dirigente estudiantil y sirvió a la Revolución en diferentes escenarios. Tres veces en Zona Roja en el Hospital de Campaña de la universidad yumurina en los tiempos duros de la pandemia de Covid-19 revelan su humanismo y compromiso con la Patria.
Estuve 3 veces en Zona Roja, las 2 primeras veces como parte del equipo y la tercera como jefe del grupo. El mejor pago que voy a llevar conmigo es cuando un paciente me agradecía y esto me permitía entender que estaba aportado mi granito de arena. Siento que di bien poco. Mi fin y el de todos era el cese de la pandemia. Entré en momentos cuando nuestra provincia estuvo en picos de la pandemia, instantes tensos, pero nunca me tembló la voz para decir: Cuenten conmigo. Me siento orgulloso y honrado de haber estado en ese combate. Nunca creí que sería un valiente como esos que describe mi agrupación preferida: el dúo Buena Fe.
También participé en Zona Roja en la atención a turistas rusos, y en la reapertura de aerolíneas en el Aeropuerto Internacional Juan Gualberto Gómez en la rotulación de muestras de PCR de los arribantes.
Yo viví y volvería a vivir mi etapa de universitario, porque es única e inigualable: los amigos y la hermandad que se crea son maravillosos. Somos eternos jóvenes universitarios.
El joven valiente que desafió a un poderoso gigante no abandonó su casa grande y hoy se desempeña como profesor del Departamento de Turismo en la casa de altos estudios yumurina, donde además atiende la secretaría de organización del Comité de la UJC y forma parte del buró no profesional del municipio Matanzas.
Desde mi campus universitario y en mi radio de acción contribuyo con el ejemplo ante cualquier actividad como profesor e incentivo al universo juvenil para que milite en nuestras filas.
Para los jóvenes cubanos el mayor consejo sería que estudien y se preparen para continuar elevando el nivel intelectual, con ánimos de soñar y hacer por la Patria que nos vio nacer y crecer.
Para sus amigos, conocidos y personas de su entorno siempre tiene un trato agradable y un consejo certero. Es responsable con su trabajo, pero también jaranero, dicharachero y con una solución para cada problema.
Ese mismo joven que actúa en consecuencia con su discurso prestigia a la organización en la que milita y constituye parte de esa vanguardia política que apuesta por la justicia y acude siempre al llamado de la Revolución.
Sueño con una UJC con las mismas fuerzas que aquella que un día se llamó Asociación de Jóvenes Rebeldes, aquella que sin quejarse tanto trabajó para construir el futuro con acciones.
Sueño también con una Cuba siempre libre y sin recrudecimiento del bloqueo comercial, extraterritorial y financiero; una Cuba de todos sin tantos obstáculos en la arena internacional: una Cuba con todos y para el bien de todos.
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