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La Universidad nunca estuvo en cuarentena

La Universidad nunca estuvo en cuarentena

“La Universidad cubana está en la sociedad.” Signado por esa rotunda esencia y la certeza de que en las aulas universitarias también se forja el futuro de la nación, transcurrió el debate que sostuvo el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, con directivos y especialistas del Ministerio de Educación Superior, donde se realizó un análisis integral del trabajo realizado por el organismo durante el 2020.

Un año que, al decir del Premier cubano, no se parece a ninguno, como tampoco se parecerá a ningún otro este que ya transitamos y sobre el cual fueron claramente definidas en el intercambio las principales líneas de acción que deben fortalecerse.

De enseñanzas, experiencias y los muchos retos dejados por la COVID-19 comentó Marrero Cruz, pues si bien es cierto que fue necesario detener el proceso docente presencial en las aulas, “la Universidad nunca estuvo en cuarentena”, de sus aportes en estos momentos difíciles han nacido valiosas maneras de hacer que “llegaron para quedarse”.

Ahí ha estado la Universidad: ofreciendo sus recintos como centros de aislamiento y hospitales; en las tareas más complejas; en los barrios; en las zonas de mayores riesgos… “Con nosotros ha estado y está la Universidad”, acentuó.

Y justamente porque la Universidad está en el centro de las principales prioridades de la nación, al realizar las conclusiones del provechoso diálogo el Primer Ministro definió importantes caminos en los cuales el hacer de estudiantes y profesores desempeña un papel preponderante.

En esa ruta tiene precisamente el vínculo con las empresas un rol esencial. Aunque era algo que ya funcionaba, destacó, este tiempo de crisis nos ha permitido perfeccionar y reforzar esa relación, tan necesaria para el desarrollo de Cuba.

Acompañar en la cotidianidad del país es uno de los grandes retos, de ahí la participación que ha tenido el sector en temas como la Tarea Ordenamiento; la producción de alimentos; el desarrollo local; y el impulso para aplicar la ciencia y la innovación en cada aspecto de la vida.

Acerca de este último asunto, Marrero Cruz insistió en que no podemos conformarnos con lo hecho. Una vez logradas las investigaciones tenemos que ser capaces de generalizar los resultados claves que se hayan obtenido, dijo.

“Que las investigaciones se parezcan cada vez más a los problemas que tenemos, y se busquen soluciones a ellos.”

En medio del actual escenario, donde la Revolución está siendo atacada constantemente y para ello se emplean los más diversos métodos, urge cambiar modos de hacer y continuar creando. Al respecto, insistió en el uso que se debe dar a las redes sociales, una de las principales armas que se emplea en la actualidad.

El 2020 fue un año de intensos desafíos para la Universidad cubana, también de grandes aportes a la sociedad en los más diversos sectores. Acompañar y hacer fueron determinantes en esos complejos meses y lo seguirán siendo, de ahí el reconocimiento hecho por el Primer Ministro, en nombre del Gobierno cubano, “por la encomiable labor desempeñada por el sistema de Educación Superior”.

La Universidad ha estado en el centro de la solución de los principales problemas que impactan en nuestra sociedad, reconoció, y como Gobierno continuaremos estimulando y fortaleciendo ese vínculo.

Si de algo tenemos que sentirnos orgullosos, es de lo cerca que está la Universidad del pueblo, partiendo de que tiene bien claros cuáles son los problemas que le afectan, y desde el más alto nivel de las instituciones mantiene una búsqueda constante de soluciones alternativas a ellos, subrayó.

TRAZAR LA MEJOR RUTA Y SEGUIRLA

El análisis, atinado y objetivo, conducido por el ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi, dejó clara la prioridad con que la Universidad debe seguirse imbricando en la gestión de Gobierno, con respuestas ágiles y oportunas, con proyectos cada vez más enaltecedores y profundos.

Por espacio de casi dos horas, desde el Palacio de la Revolución se dialogó, entre otros temas, acerca de la formación de profesionales integrales y competentes; la preparación y completamiento del claustro y de los cuadros; el desarrollo científico y tecnológico; así como la capacitación, superación profesional e informatización de diversos procesos.

“El año nos impuso retos, los vencimos y además nos trazamos nuevas metas”, valoró Ondina León Díaz, directora general de Ciencia e Investigación del Ministerio. El desarrollo de la sociedad, consideró, requiere más de nosotros en todos los escenarios y el 2020 marcó un cambio importante en la aplicación del conocimiento que nace desde la Universidad para apoyar el desarrollo del país.

Múltiples y provechosas reflexiones nos dejó el pasado año, reconoció Diana Sedal Yanes, rectora de la Universidad de Oriente. La prioridad fue entonces el vínculo de la Universidad con la sociedad, una experiencia muy provechosa que tenemos el reto de continuar fomentando, porque no solo la Universidad está en la sociedad, sino que a ella nos debemos.

La Universidad cubana creció mucho en este difícil año, porque no solo ha sido un periodo en el que se fomentó el vínculo con la sociedad, sino que ante el llamado a hacer en los más disímiles escenarios, siempre pudo contarse con los universitarios y sus profes.

Sobre inquietudes, retos y compromisos comentó también José Ángel Fernández Castañeda, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria. El 2020 fue complicado para la formación universitaria, y aunque para estudiantes y claustros se detuvo la docencia, en ningún momento se detuvo el aporte al país.

La incorporación al enfrentamiento a la COVID-19 requirió de un arduo trabajo, y dejó en nosotros grandes experiencias que han significado un crecimiento personal, destacó.

Al referirse al actual curso escolar, insistió en la necesidad de seguir articulando la educación virtual, no solo en cuestiones de acceso, sino también en lo concerniente a la metodología del programa. Uno de los mayores retos en ese sentido está en llegar a quienes se encuentran en los municipios, no solo con oportunidad, sino además con calidad en la información que se comparta.

El 2021 será, indiscutiblemente, otro año de retos para la Educación Superior cubana, y las prioridades que nos estamos planteando responden fundamentalmente a esos retos que tenemos por delante, aseguró el Ministro del ramo.

Definir fortalezas y debilidades es también una manera para seguir avanzando, reconoció. Nuestro país dispone de un poderoso sistema educacional creado por la Revolución, al cual corresponde trabajar cada vez más en función del desarrollo; pensar y actuar por el país y para el país, sentenció.

“Ese es nuestro compromiso y nos esforzaremos por cumplirlo.”