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La fuerza del ejemplo

La fuerza del ejemplo

Cortesía de Liannys Díaz Fundora/ TV Yumurí

La profe Nancy ha sido siempre de complexión delgada, dicen quienes la conocen, pero lo cierto es que en los últimos meses su figura ha flaqueado. Ella asumió la responsabilidad de ser la coordinadora del centro de aislamiento radicado en la Universidad de Matanzas.

«La tarea es convencer a estudiantes y profesores para que se incorporen, darles la seguridad necesaria a ellos y a sus familias para que entren con los miedos normales pero no con sobremiedos. Una vez que estén en el centro de aislameinto colaborando, se establece un compromiso madre-hijos, donde uno no deja de preocuparse diariamente por qué están pensando, qué necesitan de manera material y espiritual».

Para Nancy Beatriz Mendoza Santana la COVID-19 ha implicado también temores, pero hoy cuando nuevamente la Universidad funciona como centro de aislamiento continúa con el mismo ímpetu del primer día.

«Mi motivación principal es el compromiso con mis propios estudiantes, con mis trabajadores, con toda la gente que confió en que podía ser yo. No vale únicamente la motivación con la que empecé, sino la que aún tengo para tratar de cumplir con cada una una de las cuestiones que a ellos les preocupan. Esto lo estoy haciendo ahora por la fuerza del ejemplo. Yo no sé chapear, pero siempre cojo el machete y si alguien me dice que no sé hacerlo le respondeo: Bueno será la fuerza del ejemplo la que me tendrá con el machete en la mano».

Nancy se desdobla y se preocupa por cada detalle por mínimo que parezca. Un beso a distancia también resulta muestra del cariño y admiración que guarda para estos valientes que vuelven a la zona roja.

Nancy conversa desde lejos con los profesores y estudiantes que apoyan en el centro de aislamiento.

Su madre y su hija, futura doctora, la espera en casa orgullosa de su aporte en esta batalla contra la COVID-19.

Ella es de lágrima fácil y de corazón inmenso, por eso durante la entrega de la distinción Jóvenes por la Vida otorgada por la Unión de Jóvenes Comunistas a quienes enfrentaron allí la COVID-19, se coreó a viva voz su nombre.

«Me sentí apenada, había tantas personas que la merecían que no pensé que tenía que ser yo quien recibiera el reconocimiento, pero si ellos. Lo que puedo asegurar es que yo no les voy a fallar».

Nancy junto al Primer Saecretario del Comité Provincial del Partido en Matanzas cuando le entregaron la distinción Jóvenes por la Vida.

Cuando pasen los años muchos dirán que gracias a Nancita fueron más llevaderos aquellos días tras la línea roja, ella seguirá empeñada en decir con su modestia innata que no ha hecho nada excepcional. Volverá cual hidalgo delgado a la batalla, armada solamente con la fuerza del ejemplo.