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Por fin ¡habemus festival!

Por fin ¡habemus festival!

Por Jorge Sariol / Alma Mater

Vuelve a escena el Festival Nacional de Artistas Aficionados de la FEU en su vigesimoquinta edición. Y ha sido contra viento y marea.

Este lunes, 13 de noviembre, arrancó en la ciudad de Matanzas, con el legendario teatro Sauto como sede principal.

En medio del difícil contexto económico que vive el país, pudiera uno preguntarse si vale la pena el gasto que significa.

Dailyn López Cruz, metodóloga de la Dirección de Extensión Universitaria del Ministerio de Educación Superior (MES) y secretaria ejecutiva del evento, acepta el reto de dar razones:

«El Festival Nacional de Artistas Aficionados de la FEU, su concepto, su dinámica, no es solo el certamen en sí. Tiene implicaciones desde el punto de vista de la formación integral del universitario cubano. Es parte culminante de todo un ciclo, de todo un proceso, que pudiera parecer un gasto innecesario si no se tiene en cuenta este concepto.

«Es cierto que hay grandes dificultades económicas en el país, pero suspenderlo es algo que no encaja en la concesión del sistema de educación, porque es parte un movimiento que empieza en la brigada y termina en el propio festival nacional; es parte de una cultura universitaria cubana desde hace más de cinco décadas.

«No es solo la competitividad entre los participantes; el premio es llegar, más allá de si tienes el laurel deseado».

Dailyn López Cruz, metodóloga de la Dirección de Extensión Universitaria del Ministerio de Educación Superior (MES). Foto: Del autor.

— ¿Qué tal limitado será?

«Los 507 universitarios cubanos que asisten mostrarán sus resultados en ocho expresiones del arte. Es una cifra más o menos estándar de participantes en estos eventos; ha habido festivales con más delegados, desde luego. Las provincias de Mayabeque y Artemisa y el Municipio Especial Isla de la Juventud no estarán representadas esta vez.

«Y en esta edición las artes visuales es la más numerosa, con 263 obras, seguida de la música con 35 unidades artísticas.

«La Habana encabeza la lista con la delegación mayor, con 128 artista aficionados; Matanzas con 66, seguida de Santiago de Cuba con 45, Ciego de Ávila, con 43 y Camagüey, con 40.

«Es decir, llegan al festival los que han mostrado un trabajo sostenido y de calidad dentro del movimiento de aficionados».

— ¿Alguna razón que explique por qué artes visuales es la más numerosa?

«La razón es curiosa. Todo indica que es resultado de los meses de confinamiento durante la pandemia que motivó el desarrollo de la creatividad entre los estudiantes al proyectar sus inquietudes en el arte, de modo más individual. Al recomenzar el ciclo después de la normalidad, todo ese proceso creativo ha sido base para obras de una calidad notoria».

— ¿Problemas calientes para que se materializara el festival?

«Uno de los principales problemas ha sido la transportación. Algunas provincias como Ciego de Ávila y Cienfuegos garantizaron la trasportación hasta Matanzas. Santiago de Cuba, por ejemplo, es una de las delegaciones más grande, trae casi todas las manifestaciones en concurso; solucionar todo, esto de modo nacional, ha sido francamente un juego de ajedrez para lograr poner en sintonía la movida de más de 300 universitarios.

«Todo supone además instrumentos musicales, guacales con vestuario de las danzas, partes de la escenografía originales e instalaciones de las artes plásticas. Significa alojamiento, alimentación, logística necesaria; ha sido un reto para la Universidad de Matanzas, el MES, la FEU y para las autoridades del territorio.

«Además del teatro Sauto, se han puesto a disposición la Galería Provincial y los estudios de TV Yumurí para las artes visuales; Ediciones Vigía para literatura y la sala de concierto White e incluso la de la Ermita de Monserrat, para la música».

— Muchos pensamos que después que se pospusiera o en el pasado mes de abril se suspendería definitivamente esta edición…

«Haber pospuesto el Festival en abril fue muy triste, muy desalentador para todos: estudiantes, autoridades universitarias, para los propios matanceros…Matanzas como sede ha logrado hacer magia para tener a punto a transportación interna.

«El Festival es también actuaciones de pequeños grupos de artistas aficionados, como contribución social, que ha tenido que restringirse, es cierto, pero se mantienen en instituciones priorizadas como hospitales, casas de niños sin amparo filial, hogares de ancianos y en proyectos de desarrollo local de Matanzas».

— ¿Habrá cambios en algunas concepciones, teniendo en cuenta la cantidad recursos materiales y dineros que se precisan erogar, para dar cursos a festivales como estos?

«La FEU de Cuba es la promotora de este Festival, con el coauspicio de los ministerios de Educación Superior, de Salud Pública y de Cultura; de los consejos nacionales de Artes Escénicas y Plásticas, de Patrimonio Cultural y muchas otras instituciones.

«Siempre al final se hacen encuestas sobre satisfacciones e inconformidades y para la próxima edición estaríamos ya comenzando un ciclo, que esperamos tenga mejores condiciones, desde todo punto de vista.

«La pandemia transformó planes de estudio, interrumpió ciclos, impidió proyectos que tenían que ver con la política cultural del país.

«Eso ha quedado atrás. Se están haciendo valoraciones, sobre que pudiera cambiar, qué nuevas concepciones manejar.

«Está en el ánimo dar una mirada diferente, para abrirse e incorporar a todas las posibles instituciones patrocinadoras, siempre desde el punto de vista asociativo, a fin de conseguir un impacto más real y sólido.

«Todos los implicados hemos apostado muy seriamente a la posibilidad que se continúe con los festivales de artistas aficionados de la FEU y esta edición 25 es ya un hecho. El hecho de que no haya Festival no quiere decir que vaya morir el movimiento, pero ese gran cierre de ciclo que significa, es el sentido verdadero.

El Festival arrancó hoy lunes. No es el arte por el arte; es estar en función de promover valores, en el propósito de la constante transformación social cubana».