Un viaje en el tiempo
Por: DECOM
Sobre la experiencia vivida mientras se desempeñaba como alfabetizadora e integrante de la Brigada “Conrado Benítez”, tuve el placer de conversar con Concepción Lucía Romero Pérez. El motivo: su próxima participación en este VIII Coloquio Internacional “Maestras de pueblos originarios, africanas, rurales y afrodescendientes”, que se desarrollará en la Escuela Normal Superior “Marceliano Eduardo Canyes Santacana”, en Leticia, Amazonas, Colombia, descendientes de los indocubanos.
Como miembro de la Brigada de Alfabetizadores, esta octogenaria educadora participó en el año 1961 en una incursión a las profundidades de Maisí, conocida como Patana, con el objetivo de crear una base comunicativa con los habitantes del lugar para que se unieran como estudiantes a la campaña de alfabetización.
Refiere Conchita que, para arribar al lugar, tuvo que transitar por un largo y escarpado camino, en medio de una tupida maleza, siempre descendiendo hasta llegar a Patana Arriba, donde encontró un caserío con personas cuyos rasgos faciales eran parecidos a los indocubanos: en sus ojos, pómulos, cabellos, piel y talla, como lo describían los textos.
Mujeres en las viviendas rodeadas de niños, los más pequeños cargados o acostados en las hamacas, y supo de la existencia en el lugar de personas con enfermedades mendelianas recesivas debido a la consanguinidad, algo que no pudo constatar.
Su trabajo en el lugar constituyó, como ella misma plantea, “un rudo golpe a la mentalidad urbana”, pues había llegado a un mundo diferente que estaba rebosante de valores históricos, arqueológicos, naturales y culturales, que requería con urgencia de los servicios de salud y educación.
El viaje a Patana resultó ser una experiencia inolvidable para la joven, pues despertó la inquietud por conocer más acerca de la posibilidad de existencia de descendientes de indocubanos, lo que la llevó a la búsqueda en la ciencia para despejar limitaciones del conocimiento que pervivieron por décadas sobre los posibles descendientes.
Aunque no ha vuelto a regresar, refiere la entrevistada orgullosa, que Patana Alta, hoy, no es el mismo sitio con el que se tropezó cuando fue alfabetizadora; paulatinamente se ha ido transformando,;la Revolución se encargó de llevar educación y salud.
(Este pequeño asiento poblacional está ubicado en el municipio Maisí, en la provincia de Guantánamo, a 100 m sobre el nivel del mar, en la meseta que separa a una terraza marina emergida y constituye un hermoso paraje de la geografía cubana, donde se puede encontrar la caverna de Patana, la que también es conocida en la zona bajo los nombres de Cueva de Los Bichos, del Cemí y del Agua.
Este sitio debió constituir un lugar mágico-religioso de los primeros habitantes de Cuba y de otras regiones, donde es palpable aún un conjunto de petroglifos, sobrevivientes del paso de los años, con galerías y salones que atesoran importantes evidencias arqueológicas.
Concepción Romero Pérez, recibió el premio internacional “Maestra Ilustre” que entrega cada año a una maestra con una destacada trayectoria en su práctica pedagógica la Red de Maestros Rurales de Pueblos Originarios, Afrodescendientes y Africanos.
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